20 maneras de usar cojines grandes y mantas tejidas estilo hygge

Varias salas de estar acogedoras con sofás decorados con cojines grandes y mantas tejidas estilo hygge.

¡Hola! Prepárate para declarar tu sofá como la zona más feliz de tu casa. Hoy vamos a hablar de ese truco mágico que transforma cualquier espacio de «bonito» a «absolutamente irresistible»: el arte de usar cojines grandes y mantas tejidas.

Olvida las reglas rígidas y los cojines tiesos y perfectamente alineados. El estilo hygge va de crear una atmósfera que te abrace, que te invite a acurrucarte con una taza de té y olvidarte del mundo.

Te voy a enseñar a lanzar una manta con la despreocupación de una estrella de cine, a apilar cojines para crear nubes de confort y a jugar con texturas para que tu salón no solo se vea increíble, sino que se sienta como un refugio personal. ¡Vamos a crear magia textil!

1. El arte de la cascada neutra

Sofá esquinero beige con cojines y una manta de punto grueso en cascada.
Tu sofá te está pidiendo a gritos esta dosis de confort.

Aquí tienes el truco para que tu sofá se sienta como un abrazo: una manta de punto grueso XL.

No la dobles. Lánzala despreocupadamente sobre una esquina del sofá, dejando que caiga en cascada hasta el suelo. El secreto está en el desorden calculado.

Combina cojines de lino y algodón en tonos beige, crema y gris suave. La clave es combinar neutros con texturas llamativas, creando un santuario de calma sin ser aburrido. ¡Funciona siempre!

2. Tu rincón de lectura personal

Sillón gris claro junto a una ventana con una manta y un cojín de suelo.
El escondite perfecto para ti y tu libro favorito.

Transforma cualquier sillón solitario en el mejor lugar de la casa. Solo necesitas una manta ligera con flecos y un cojín de suelo extra grande.

Coloca el cojín como reposapiés improvisado. Es más versátil y chic que un otoman tradicional. La manta, doblada sobre el brazo del sillón, invita a una pausa.

Añade una lámpara de arco con luz cálida para completar tus rincones de lectura con luces cálidas y mantas gruesas. Es tu invitación personal a desconectar.

3. Minimalismo con máxima textura

Sofá gris con cojines a juego y una manta de tejido waffle oscura sobre un suelo de cemento.
El hygge también puede ser oscuro y misterioso.

¿Tu espacio tiene una onda industrial o minimalista? No renuncies a la calidez. La clave es el contraste.

Sobre un sofá de líneas rectas y color gris, arroja una manta de tejido waffle en un tono carbón o negro. La textura profunda añade interés visual sin romper la paleta monocromática.

Los cojines deben ser sencillos, sin estampados, en diferentes tonos de gris. Así, mantienes una estética industrial neoyorquina con toques elegantes pero acogedores.

4. El campamento de lujo junto al fuego

Cojines de suelo y una cesta con mantas tejidas frente a una chimenea de piedra encendida.
Reunirse aquí es el mejor plan para el invierno.

Lleva el hygge a otro nivel creando un espacio de descanso directamente en el suelo. Perfecto para noches de chimenea y charlas.

Apila cojines de suelo grandes y mullidos, preferiblemente con fundas de lino rústico. Añade una cesta de mimbre repleta de mantas de lana y punto trenzado.

La idea es crear una atmósfera informal y comunal. Es como tener salas con chimenea que aportan romanticismo y un toque de cabaña de lujo.

5. La ventana que se convierte en sofá

Asiento de ventana de madera con cojines grandes color mostaza y una manta tejida.
El mejor asiento de la casa, con vistas incluidas.

Ese rincón junto a la ventana tiene un potencial increíble. Conviértelo en tu lugar favorito para tomar el café de la mañana.

Usa cojines grandes y cuadrados como respaldo, en un tono vibrante como el mostaza para añadir un toque de energía. Un cojín lumbar en un tono neutro equilibra el conjunto.

Una manta tejida con borlas completa el look. Es una de las mejores formas de aprovechar ventanas con asientos y cajones, fusionando almacenaje y confort.

6. Un toque de verde que calma

Sofá beige claro con cojines en tonos crudo y verde salvia, y una manta verde a juego.
Añade un poco de naturaleza a tu sofá.

Introduce color de una manera serena y natural. Los tonos salvia y menta son tus mejores aliados.

En un sofá de color neutro (beige o blanco roto), intercala cojines de color verde suave con otros de tono crudo. La clave es la alternancia para crear un ritmo visual relajante.

Una manta tipo waffle en el mismo tono verde unifica la paleta y aporta una textura deliciosa. Es la forma perfecta de ambientar una sala con tonos tierra y un toque botánico.

7. Contraste dramático para noches elegantes

Sofá de terciopelo azul oscuro con una manta de punto trenzado muy gruesa de color crudo.
Elegancia y confort no están reñidos en absoluto.

¿Quieres un look sofisticado y lleno de carácter? Apuesta por el contraste máximo: azul noche y blanco invierno.

Un sofá de terciopelo oscuro es el lienzo perfecto. Cúbrelo con una manta de punto trenzado extra gruesa en color crudo o blanco. El impacto visual es inmediato y lujoso.

Los cojines, también en terciopelo azul, mantienen la cohesión. Ideal para cenas sofisticadas y elegantes, creando un ambiente íntimo a la luz de las velas.

8. La fórmula boho-chic infalible

Sofá de día de madera con cojines texturizados en tonos tierra y una manta con flecos.
Tu pasaporte a un oasis bohemio sin salir de casa.

Más es más, pero con intención. El secreto del estilo boho es mezclar texturas y patrones sin miedo.

Combina cojines con bordados, borlas y diferentes tejidos como el lino y el algodón rústico. Usa una paleta de colores tierra: terracota, mostaza, verde oliva y crudo.

Una manta con un patrón geométrico y flecos largos es la pieza final. Colócala sobre un sofá bajo de madera para potenciar los ambientes boho chic con atrapasueños y fibras naturales.

9. Asientos de suelo: el minimalismo japonés

Sala de estar minimalista con cojines de suelo grandes como asientos y una manta tejida.
Redefine el concepto de sentarse con estilo y calma.

Libera tu salón de muebles pesados y apuesta por una disposición flexible y minimalista.

Utiliza futones o cojines de suelo extra grandes y firmes como asientos principales. Esto crea un ambiente relajado y fomenta la conversación.

Una manta de punto fino en un tono neutro, dejada caer sobre uno de los futones, añade la capa justa de calidez. Es la base de las salas estilo japonés con minimalismo zen, donde menos es infinitamente más.

10. La sinfonía de las texturas blancas

Salón blanco y gris claro con sofá, pufs y manta, todo con texturas de punto grueso.
Un paraíso de texturas donde querrás quedarte a vivir.

Un espacio monocromático no tiene por qué ser plano. El secreto está en la variedad de texturas.

Combina cojines de punto, de chenilla y de lino, todos en tonos de blanco y gris muy claro. La diferencia en los tejidos crea profundidad y un festín táctil.

Añade pufs y mantas de punto grueso para llevar la textura al siguiente nivel. Lograrás dormitorios monocromáticos en blanco puro que transmiten paz y sofisticación.

11. El encanto del lino arrugado

Sofá beige con múltiples cojines de lino y una manta de lino arrugada casualmente.
La elegancia de no esforzarse demasiado (y acertar).

Olvida la plancha y abraza la belleza de lo imperfecto. El lino es el tejido hygge por excelencia.

Un sofá cubierto de cojines de lino de diferentes tamaños y una manta del mismo material crea un look relajado y de lujo silencioso.

No te preocupes por las arrugas, son parte de su encanto. Esta es una de las maneras de lograr un dormitorio con estética minimalista pero cálida y llena de alma.

12. La fortaleza de cojines: solo para adultos

Sofá de cuero marrón con una gran pila de cojines beige y una colcha blanca.
Prohibida la entrada al estrés, solo se admite relax.

A veces, la respuesta es simplemente… más cojines. Crea una montaña de comodidad que te invite a sumergirte en ella.

Apila cojines de diferentes tamaños contra el respaldo y los brazos del sofá. No sigas un orden, el objetivo es un caos confortable.

Este look funciona genial en sofás de cuero, ya que la suavidad de los textiles contrasta con la firmeza del material. Es perfecto para salas donde el sofá de color se convierte en el centro de atención.

13. Un toque de sol para días grises

Sofá blanco con cojines a cuadros y una manta de punto trenzado color mostaza brillante.
Ese toque de color que te alegra el día.

Dale un giro a tu decoración estacional con un toque de color inesperado. El mostaza o el ocre son pura vitamina.

Sobre una base neutra de cojines a cuadros grises y blancos, una manta de punto trenzado en color mostaza se roba todo el protagonismo.

Guarda una manta extra en una caja de madera rústica al lado del sofá. Así tienes a mano la calidez y, de paso, creas una inspiración otoñal con mantas a cuadros y un toque vibrante.

14. Simetría y serenidad en pareja

Sala de estar simétrica con dos sofás grises, cada uno con cojines y mantas idénticas.
El doble de sofás, el doble de confort.

¿Tienes dos sofás enfrentados? Utiliza los textiles para unificarlos y crear un espacio equilibrado y armonioso.

Coloca el mismo número y tipo de cojines en cada sofá. Una manta doblada casualmente sobre un brazo de cada uno crea un efecto espejo relajante.

Esta simetría es ideal para salones formales, aportando confort sin perder la elegancia. Es un truco genial para comedores con mesas redondas y espacios que buscan el equilibrio.

15. El banco que esconde y decora

Banco largo de madera con cajones, cubierto con cojines grises y una manta tejida.
Estilo que ordena, ordena con estilo.

Un banco largo con almacenamiento es una solución genial para espacios pequeños o pasillos. ¡Y puede ser súper acogedor!

Cubre la superficie con cojines de asiento hechos a medida. Luego, añade cojines de respaldo para convertirlo en un sofá improvisado.

Una manta tejida sobre un extremo no solo decora, sino que invita a sentarse. Es una versión moderna de las cajas de madera convertidas en bancos con cojines, funcional y con mucho estilo.

16. Chesterfield y piel de oveja: un clásico renovado

Sofá Chesterfield de cuero marrón con una manta de piel de oveja blanca y un cojín texturizado.
Cuando lo clásico y lo acogedor se enamoran.

Dale un giro nórdico a un icono del diseño británico como el sofá Chesterfield.

La clave es romper la formalidad del cuero capitoné con la textura salvaje y suave de una manta de piel de oveja (sintética o natural).

Colócala en el centro del sofá para que invite a sentarse. Añade un cojín de bouclé o tejido rústico para un extra de contraste. Es la esencia de las salas parisinas con molduras y elegancia refinada, pero con un alma escandinava.

17. Verde sobre verde: el oasis botánico

Sofá verde salvia con cojines verde oscuro y una manta texturizada de color crudo.
El sofá que te transporta a un bosque tranquilo.

Si amas las plantas, ¿por qué no llevar esa pasión a tus textiles? Crear un look tonal en verde es increíblemente relajante.

Sobre un sofá verde salvia, añade cojines en un tono verde bosque más intenso. El contraste sutil de tonos crea una profundidad muy sofisticada.

Una manta de punto grueso en color crudo o beige rompe la monocromía y añade un punto de luz. Es como tener recibidores verdes con plantas colgantes, ¡pero en tu sofá!

18. La fortaleza del confort absoluto

Sofá esquinero gris oscuro abarrotado de cojines y mantas de punto grueso en tonos neutros.
Advertencia: sentarse aquí puede provocar siestas épicas.

Declara tu sofá como una zona libre de estrés. ¿El método? Llenarlo de mantas y cojines hasta que apenas se vea el sofá.

Usa al menos dos mantas de punto grueso, una en cada extremo del sofá esquinero. Rellena cada centímetro con cojines de lino, algodón y punto.

Un puf tejido a juego funciona como mesa de centro o reposapiés. Crea rincones acogedores con cojines tejidos y velas, y prepárate para no querer moverte de ahí.

19. Lujo peludo para un toque glam

Sofá gris con cojines burdeos y una gran manta de pelo sintético gris claro.
Tu dosis diaria de glamour y confort, todo en uno.

Añade un toque de opulencia instantánea con una manta de pelo sintético. Es el accesorio perfecto para elevar cualquier sofá.

No la dobles. Arrójala de forma que cubra gran parte del asiento y caiga por un lado. El volumen y la textura son los protagonistas.

Combínala con cojines de terciopelo en un tono joya, como el burdeos, para un look sofisticado. Es un truco de las salas con detalles en terciopelo y texturas lujosas que puedes aplicar hoy mismo.

20. La brisa del mar en tu salón

Sofá azul claro con una variedad de cojines de lino en tonos neutros y una manta de lino.
El verano puede durar para siempre en tu sofá.

Consigue un ambiente hygge pero ligero y fresco, inspirado en una casa de playa.

Elige un sofá en un tono azul claro o aguamarina. Cúbrelo con cojines de lino en tonos arena, blanco roto y crudo. La clave son los materiales naturales y los colores suaves.

Una manta de lino, casualmente colocada, completa el look. El resultado son salas de estar con aire costero australiano que te hacen sentir de vacaciones todo el año.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *