29 tapices de macramé con flecos largos para un look bohemio

Tres tapices de macramé con flecos largos y nudos complejos adornan paredes, creando un ambiente bohemio con plantas y madera.

¿Lista para llenar esa pared vacía con algo más que un cuadro? ¡Vamos a crear magia con nuestras propias manos! El macramé es como un yoga para la mente que, además, deja tu casa espectacular.

No te dejes intimidar por los nudos. Te prometo que con un par de movimientos básicos, que te enseñaremos a dominar, estarás creando piezas que parecen salidas de una revista de diseño bohemio.

Y el secreto del drama, del *wow* absoluto, está en los flecos. Largos, en cascada, rozando el suelo… Son el alma de estas piezas y el toque que hará que todo el mundo te pregunte: «¿De verdad lo hiciste tú?». ¡Prepárate para decir que sí con una sonrisa de oreja a oreja!

1. La cascada de hilos que redefine una pared

Tapiz de macramé extralargo colgado de una rama de madera natural en una sala de estar de estilo bohemio.
Deja que tus nudos hablen por sí solos.

¿Ves ese impacto? Se logra dejando que los flecos caigan largos, casi hasta el suelo. El truco es empezar con cuerdas mucho más largas de lo que crees necesitar, ¡piensa en el doble de la altura deseada!

Usa una rama de madera encontrada en un paseo por el campo o la playa. Límpiala bien y déjala secar. Su forma natural y orgánica le dará a tu pieza un carácter único que ninguna clavija comprada puede igualar.

Este diseño se centra en una sección superior muy trabajada y deja que los flecos sean los protagonistas. Concéntrate en dominar el nudo festón y el nudo plano para crear esas formas de diamante.

2. Tu mesa de creación: el inicio de la magia

Mesa de trabajo con materiales para hacer macramé: cuerda, cuentas, tijeras doradas y un tapiz en proceso.
El caos creativo justo antes de la obra de arte.

Aquí empieza todo. No necesitas un taller profesional, solo una superficie plana y tus herramientas básicas: cuerda de algodón, una clavija o rama, tijeras afiladas y una cinta métrica.

Un truco para que tus nudos queden uniformes es mantener siempre la misma tensión. Ni muy apretado que deforme el diseño, ni muy suelto que parezca descuidado. ¡Es como encontrar el punto justo al abrazar!

Si quieres añadir cuentas de madera, ensártalas antes de hacer los nudos que las asegurarán. Usa una aguja de crochet o un trozo de alambre fino para pasar la cuerda por el agujero si se resiste.

3. Un toque de atardecer en tus flecos

Tapiz de macramé con las puntas de los flecos teñidas en un degradado de color naranja intenso.
Tiñe tu mundo con un poco de audacia.

¡Atrévete con el color! La técnica del teñido por inmersión (o *dip-dye*) es súper fácil y el resultado es espectacular. Solo necesitas tinte para tela en el color que más te guste, agua caliente y un recipiente.

Para lograr ese efecto degradado u ombré, sumerge primero la punta de los flecos y ve sacándolos poco a poco. La parte que pasa más tiempo en el tinte quedará más oscura.

Prueba con colores cálidos como el terracota, el ocre o el naranja quemado para un look bohemio setentero que está muy de moda.

4. El cabecero bohemio que soñabas hacer

Gran tapiz de macramé utilizado como cabecero de cama en un dormitorio con ropa de cama de lino beige.
Donde los sueños se tejen con hilo y nudos.

¿Quién necesita un cabecero convencional cuando puedes tener una obra de arte textil? Para usar un tapiz como cabecera, asegúrate de que sea un poco más ancho que tu cama para un efecto envolvente.

Usa una cuerda de algodón de 5 o 6 mm de grosor para darle más cuerpo y una apariencia más acogedora y robusta.

Este diseño es ideal para dormitorios inspirados en la naturaleza. Combínalo con ropa de cama de lino en tonos neutros y cojines de diferentes texturas para completar el look.

5. Danza asimétrica con plumas y nudos

Tapiz de macramé asimétrico con borlas y plumas blancas colgando de una pared de ladrillo visto.
La belleza de lo perfectamente imperfecto.

Rompe la simetría para un diseño dinámico y lleno de personalidad. Juega con diferentes alturas y densidades de nudos en cada lado.

Incorpora elementos inesperados como plumas blancas. Puedes atarlas directamente a las cuerdas o pegarlas sutilmente con una gotita de pegamento para tela.

El secreto de este look son las borlas o tassels. Se hacen enrollando varias hebras de hilo, atándolas por el centro y luego cortando los bucles. Aportan volumen y un movimiento precioso.

6. Contraste moderno: blanco y negro anudados

Moderno tapiz de macramé en blanco y negro con formas geométricas, colgado en una puerta blanca.
Cuando el boho se encuentra con el minimalismo.

El macramé no es solo para estilos bohemios. Con un diseño geométrico y un contraste fuerte de blanco y negro, puedes crear una pieza de arte moderno.

La técnica de bloqueo de color es sencilla: simplemente trabaja una sección con un color y luego introduce el otro. Los semicírculos anudados le dan un toque Art Decó muy original.

Esta pieza es perfecta para recibidores monocromáticos o para añadir un punto focal gráfico en una pared minimalista.

7. Atrapa la luz con un mandala de hilo

Atrapasueños de macramé con un mandala de encaje en un aro dorado, colgado en una ventana.
Tejiendo luz y buenas vibraciones.

Fusiona dos mundos: un mandala de crochet o un tapete de encaje en el centro de un aro metálico y macramé a su alrededor. El resultado es un atrapasueños sofisticado y único.

Elige un aro dorado para un toque extra de glamour. Puedes encontrarlo en tiendas de manualidades. Fija el tapete al aro con puntadas discretas y luego ata las cuerdas del macramé en la parte inferior.

Cuélgalo en una ventana para que la luz del sol se filtre a través del encaje, creando sombras preciosas en la habitación.

8. El encanto rústico del yute natural

Tapiz de macramé hecho con cuerda de yute rústico, colgado de una rama sobre una mesa de trabajo.
La belleza cruda de las fibras naturales.

Sustituye el clásico cordón de algodón por cuerda de yute para un acabado más rústico y orgánico. Su textura es más áspera, pero el resultado tiene un carácter increíble.

El yute es perfecto para decorar espacios al aire libre como porches o patios bohemios, ya que es un material muy resistente.

Combínalo con elementos naturales como lavanda seca o ramas de eucalipto para una decoración sensorial que huele tan bien como se ve.

9. Dulzura anudada para un rincón especial

Delicado tapiz de macramé de color crudo en forma de V, colgado en una pared rosa pastel.
Nudos de algodón, sueños de seda.

Un tapiz de macramé puede ser el toque tierno y artesanal que necesita la habitación de un bebé o un rincón de lectura.

Opta por un diseño más sencillo y alargado, con nudos delicados y flecos que terminan en punta. Esto crea una sensación de calma y armonía visual.

El algodón natural sin teñir es ideal para estos espacios, ya que aporta calidez sin sobrecargar. Su suavidad es perfecta para dormitorios que buscan una atmósfera de calma.

10. Cortina de nudos: separa espacios con estilo

Un gran panel de macramé que funciona como separador de ambientes, con cuerdas que llegan al suelo.
Paredes que respiran y decoran.

¿Necesitas dividir un ambiente sin levantar un muro? Un panel de macramé es la solución más estilosa y ligera. Permite que la luz pase a través, manteniendo la sensación de amplitud.

El truco para este proyecto es la simplicidad: un patrón repetitivo en la parte superior y luego dejar caer las cuerdas rectas hasta el suelo.

Esto es un ejemplo perfecto de cómo los muebles colgantes liberan espacio en el suelo y añaden un elemento de diseño funcional y espectacular.

11. Fusión textil: macramé y lana XXL

Tapiz de macramé que combina nudos de algodón blanco con gruesas trenzas de lana de color rosa empolvado.
Cuando el macramé abraza la lana.

¡Eleva la textura a otro nivel! Combina los nudos finos del macramé con la suavidad y el volumen de la lana merino gruesa (o *chunky*).

Simplemente teje las hebras de lana entre las cuerdas de macramé como si estuvieras usando un telar. No necesitas ninguna herramienta especial, solo tus dedos.

Este tipo de pieza se convierte en el centro de todas las miradas. Es una declaración de intenciones, una pieza de arte DIY casero que grita «acogedor y audaz».

12. Viste tu jardín con joyas anudadas

Tapiz de macramé con cuentas de colores vivos colgado en una valla de madera al aire libre.
El arte sale a tomar el aire fresco.

Lleva el macramé al exterior para decorar tu balcón, porche o jardín. Para que resista el clima, elige cuerdas de polipropileno o nylon, que no se estropean con la lluvia o el sol.

Añade cuentas de cerámica o vidrio de colores vivos. Serán como pequeñas joyas que brillarán con la luz del sol y añadirán un toque divertido.

Esta idea transforma cualquier valla aburrida en un rincón mágico, especialmente si la combinas con guirnaldas de luces. Ideal para patios creativos y artísticos.

13. El ritmo de tus manos creando magia

Manos de una mujer haciendo nudos en un pequeño tapiz de macramé colgado de una rama.
La terapia está en el hacer.

Recuerda: cada nudo es una pequeña meditación. No te presiones por la perfección al principio, disfruta del proceso de transformar un simple hilo en algo hermoso.

Si eres principiante, empieza con los nudos básicos para principiantes: el nudo alondra para empezar, el nudo plano y el espiral. Con solo esos tres, ya puedes crear maravillas.

La clave para un acabado profesional es la tensión constante en tus nudos. Encuentra un ritmo cómodo y mantenlo durante todo el proyecto.

14. Doble capa, doble impacto bohemio

Tapiz de macramé de dos niveles, con una sección superior más ancha y una inferior más estrecha.
Más es más, y en macramé, ¡es mejor!

Para un diseño con más profundidad y complejidad visual, prueba a trabajar en dos niveles. Usa dos soportes de madera, uno más largo arriba y otro más corto debajo.

Primero, crea la pieza superior. Luego, anuda el segundo tapiz al soporte inferior, permitiendo que algunas cuerdas del primero caigan por detrás.

Este efecto en cascada es ideal para paredes altas, ya que guía la mirada hacia abajo y crea un movimiento espectacular.

15. Un estante flotante para tu planta favorita

Colgador de pared de macramé con un estante de madera integrado que sostiene una pequeña planta de aire.
Cuando el arte se vuelve funcional y verde.

¿Por qué elegir entre un tapiz y un colgador de plantas si puedes tener los dos? Integra una pequeña rodaja de madera para crear un estante flotante.

La clave es crear una base sólida de nudos planos justo debajo de la madera para que no se incline. Es el hogar perfecto para una planta de aire (Tillandsia) o una pequeña suculenta.

Es una forma genial de transformar tu sala en un oasis tropical urbano, añadiendo un toque verde y artesanal a la vez.

16. El poder del color: mostaza vibrante

Primer plano de un tapiz de macramé hecho con cuerda de color amarillo mostaza sobre una pared oscura.
Un toque de sol en tu pared.

¡Sal de los tonos neutros! Una cuerda de un color intenso como el amarillo mostaza puede convertir un diseño sencillo en una pieza central espectacular.

Este color combina de maravilla con paredes en tonos grises, azules oscuros o blancos, creando un contraste vibrante y lleno de energía.

Si tienes un sofá mostaza o cojines en este tono, un tapiz a juego unificará la decoración de tu salón de forma magistral.

17. Gemelos de macramé para puertas con carácter

Dos tapices de macramé idénticos colgados en cada una de las puertas de un armario doble blanco.
La simetría es la poesía del diseño.

En lugar de una pieza grande, crea dos tapices idénticos para enmarcar una puerta, un arco o una ventana. Este truco de diseño aporta simetría, equilibrio y un toque de grandeza.

Para asegurarte de que queden iguales, corta todas las cuerdas para ambas piezas a la vez y cuenta los nudos a medida que avanzas.

Son el detalle perfecto para entradas románticas, dando una bienvenida cálida y artesanal a tu hogar.

18. Explosión de alegría: cintas en tu tapiz

Tapiz de macramé de color crudo adornado con cintas de tela de colores vivos y diferentes estampados.
Una fiesta de color anudada a tu pared.

Dale un giro divertido y ecléctico a tu macramé añadiendo retales de tela o cintas de colores. Es la forma perfecta de reciclar y añadir tu toque personal.

Simplemente anuda las tiras de tela a las cuerdas de los flecos. Juega con diferentes texturas y estampados: seda, satén, terciopelo…

Es una idea fantástica para una fiesta o para añadir un punto de color vibrante, casi como guirnaldas hechas a mano pero en versión textil.

19. El corte final: define la personalidad de tu obra

Persona cortando los flecos de un tapiz de macramé con unas tijeras para darle forma.
El toque final que lo cambia todo.

El último paso es uno de los más importantes: cortar los flecos. La forma que les des cambiará por completo el aspecto de tu pieza.

Para un corte recto perfecto, usa un nivel y cinta de carrocero para marcar la línea. Para una forma de V, empieza cortando la cuerda central a la altura deseada y úsala como guía.

Unas tijeras de costura bien afiladas son tu mejor aliado para un corte limpio y sin deshilachados. ¡No subestimes el poder de un buen corte!

20. Menos nudos, máxima elegancia

Tapiz de macramé de diseño minimalista colgado sobre un banco de madera en un recibidor luminoso.
La elegancia reside en la simplicidad.

A veces, la sencillez es el mayor acierto. Un diseño minimalista, con pocos nudos pero bien ejecutados, puede ser increíblemente sofisticado.

En este tipo de piezas, la calidad del material es clave. Elige un cordón de algodón peinado de alta calidad para que los flecos largos y lisos luzcan suaves y sedosos.

Este estilo encaja a la perfección en decoraciones nórdicas o en habitaciones juveniles escandinavas, donde la calma y la luz son protagonistas.

21. Verde salvia para una dosis de calma

Tapiz de macramé teñido con un degradado en color verde salvia, con una rama de eucalipto decorativa.
Anuda un poco de paz en tu pared.

El verde salvia es un color que transmite serenidad y conexión con la naturaleza. Anímate a teñir tus flecos en este tono para crear una pieza relajante.

Para un efecto ombré sutil, como si el color se desvaneciera, prepara un baño de tinte más diluido y sumerge los flecos por menos tiempo.

Este color es un acierto seguro en dormitorios o baños, y combina de maravilla con la paleta de colores de las cocinas verde oliva si buscas unificar el estilo de tu hogar.

22. Tu kit de inicio para anudar sin miedo

Composición de materiales de macramé sobre una superficie de tela: cuerdas, soportes, cuentas y tijeras.
Prepara tus hilos, la aventura comienza.

¿Ves qué simple? Esto es todo lo que necesitas para empezar: varias bobinas de cuerda de algodón, soportes de madera, cuentas, tijeras y una cinta métrica.

Empieza con una cuerda de 3 o 4 mm de grosor, es la más manejable para aprender. El algodón de 3 cabos es ideal porque puedes desenredarlo para crear flecos ondulados y suaves.

No te compliques al principio. Un proyecto pequeño es la mejor manera de practicar y ganar confianza para lanzarte a por piezas más grandes.

23. Estilo rústico-chic: anudando sobre astas

Tapiz de macramé de estilo rústico colgado de unas astas de ciervo sobre una chimenea de piedra.
El toque salvaje que tu pared necesita.

Para una pieza con una fuerte personalidad rústica y un toque de cabaña de montaña, atrévete a usar unas astas de ciervo como soporte.

Puedes encontrar imitaciones muy realistas en tiendas de decoración si prefieres una opción más accesible. Su forma irregular y orgánica creará un punto de partida único para tu diseño.

Es el complemento ideal para un dormitorio con estilo industrial rústico o para decorar la pared sobre una chimenea de piedra.

24. Arcoíris textil: teje y anuda sin reglas

Tapiz de macramé muy colorido hecho con una mezcla de diferentes tipos de hilos y lanas de colores vivos.
Teje tu propia alegría, color a color.

¿Quién dijo que el macramé tiene que ser de un solo color? ¡Libera tu creatividad y mezcla todo tipo de hilos, lanas y cuerdas de colores!

Aquí la técnica es una mezcla de anudado y tejido libre. Usa tus dedos para pasar las hebras de colores por encima y por debajo de las cuerdas base. ¡No hay errores, solo diseños únicos!

Esta explosión de color es perfecta para habitaciones bohemias de espíritu libre o para el cuarto de juegos de los niños.

25. El lado oscuro y elegante del macramé

Gran tapiz de macramé negro colgado en una pared azul oscuro, creando un ambiente gótico y elegante.
La belleza también se esconde en la sombra.

Un tapiz de macramé negro es pura sofisticación y misterio. Es una opción audaz que se aleja del look bohemio tradicional para entrar en un terreno más gótico o dramático.

Para que los nudos y el diseño no se pierdan en la oscuridad, cuélgalo sobre una pared de un color contrastante, como un azul profundo, un verde esmeralda o incluso un blanco roto.

Es la pieza clave para un espacio con decoración dramática, combinado con candelabros y detalles metálicos en oro viejo.

26. El secreto de los flecos esponjosos: ¡a cepillar!

Manos usando un cepillo para desenredar y suavizar los flecos de un tapiz de macramé.
El truco final para un acabado de lujo.

¿Quieres que tus flecos pasen de ser simples cuerdas a una nube suave y esponjosa? El truco es cepillarlos.

Usa un cepillo para mascotas (de los que tienen cerdas finas de metal) o un peine para desenredar el pelo. Pásalo con energía por los cabos de la cuerda hasta que se separen por completo.

Este simple paso le da un acabado increíblemente profesional y lujoso a tu pieza. ¡La diferencia es abismal!

27. Tesoros del mar anudados en tu pared

Tapiz de macramé de estilo playero decorado con cristales de mar de color verde y conchas marinas.
La brisa del mar, anudada en tu hogar.

Personaliza tu tapiz con los tesoros que encuentres en la playa. Cristales de mar, conchas con agujeros naturales o pequeños cantos rodados pueden convertirse en los protagonistas de tu diseño.

Puedes integrarlos en el tejido como si fueran cuentas o atarlos de forma decorativa a los flecos. Cada pieza contará una historia de tus paseos junto al mar.

Es el proyecto perfecto para decorar baños con aire sofisticado o para darle un toque costero a tu casa de verano.

28. Paisaje terrenal: tejiendo con colores de la naturaleza

Tapiz de macramé con una sección central tejida con hilos de colores tierra como verde, azul y marrón.
Un trocito de paisaje tejido para ti.

Crea un pequeño paisaje abstracto en tu tapiz combinando nudos de macramé con secciones tejidas. Utiliza hilos de lana o algodón en diferentes colores y grosores.

Elige una paleta de colores inspirada en la tierra: ocres, verdes musgo, azules de río y marrones. Esta técnica te permite «pintar con hilo».

Esta idea conecta directamente con la tendencia de usar tonos terracota y arcilla en la decoración, aportando calidez y una sensación artesanal muy potente.

29. Tu próxima obra maestra (¡o tu nuevo negocio!)

Gran tapiz de macramé con borlas y un diseño complejo, exhibido en un puesto de mercado de artesanía.
De un simple nudo a una gran obra de arte.

No te pongas límites. Empieza con proyectos pequeños y, a medida que ganes confianza, lánzate a crear piezas grandes y espectaculares como esta.

Añade borlas voluminosas en los laterales o en el centro para darle un acabado más rico y elaborado. Son fáciles de hacer y añaden mucho impacto visual.

Lo que empieza como un hobby relajante puede convertirse en una pasión. ¡Y quién sabe, quizás hasta en una pequeña tienda de artesanía!

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