¿Te cuento un secreto? La pieza más inteligente, acogedora y versátil que puedes añadir a tu comedor no es una silla de diseño carísima, ¡es un banco de madera empotrado!
Olvida la formalidad y dale la bienvenida a un espacio que invita a quedarse, a las sobremesas que se alargan y a los desayunos perezosos de domingo. Un banco no solo ahorra un espacio increíble (¡puedes arrimarlo a la pared y olvidarte del espacio extra que necesita una silla!), sino que también añade una dosis instantánea de calidez y estilo nórdico.
Prepárate para transformar tu comedor en ese rincón de revista que siempre has soñado. Aquí tienes 20 ideas para que te inspires, copies y adaptes. ¡Vamos a crear algo increíble!
1. Minimalismo luminoso: el poder del rincón en L

Crea un banco flotante en L con madera de roble claro o arce para potenciar la luz natural de una ventana. La clave de este look es la simplicidad: el banco no necesita respaldo, permitiendo que la pared respire y el espacio se sienta más grande.
Añade un par de cojines de lino en un tono gris piedra para un confort sutil. Combínalo con una mesa blanca impoluta y sillas negras de diseño Wishbone para un contraste gráfico que grita “Scandi-chic”.
El toque final es una lámpara de cúpula blanca, suspendida a baja altura sobre la mesa. Funciona como un punto focal escultural sin saturar visualmente.
2. Rústico y suave: un abrazo verde menta

Transforma una esquina con un banco de obra pintado en blanco roto. Para lograr ese aire de casa de campo, añade un revestimiento de listones verticales (beadboard) en el respaldo.
El secreto del confort está en las texturas. Combina cojines lisos de color verde salvia con mantas de pelo largo sintético en el mismo tono. ¡Es como sentarse en una nube!
Para la iluminación, un grupo de bombillas de filamento colgando a distintas alturas añade un toque industrial y cálido que equilibra la dulzura del conjunto.
Coloca un par de estanterías sencillas en la pared para exhibir tazas de cerámica artesanal, creando un rincón de café perfecto.
3. El divisor de espacios con almacenamiento secreto

¿Necesitas delimitar la cocina del comedor en un espacio abierto? Un banco de madera con respaldo alto es la solución más elegante. Actúa como una media pared, ofreciendo intimidad sin bloquear la luz.
Elige una madera de roble con un acabado natural para aportar calidez. El asiento, tapizado en cuero sintético negro, no solo es cómodo, sino increíblemente fácil de limpiar (¡adiós, manchas de café!).
El truco maestro: diseña el interior del banco con compartimentos de almacenamiento abatibles. Perfecto para guardar manteles, cojines extra o incluso los juguetes de los niños.
4. Monocromático con un destello dorado

Atrévete con una paleta de grises para un look sofisticado y atemporal. Pinta la pared con un gris medio y añade molduras para crear paneles verticales que aporten textura y elegancia.
El banco empotrado sigue la misma línea, tapizado en una tela de tweed gris marengo. La clave es jugar con diferentes tonalidades y texturas del mismo color para que no resulte plano.
Rompe la sobriedad con una lámpara de araña moderna de latón dorado. Este toque metálico eleva el diseño al instante, convirtiéndose en la joya del espacio.
Una mesa de microcemento o con acabado similar y sillas de polímero gris completan este look tan sereno y chic.
5. La belleza de lo natural: madera en estado puro

Celebra la imperfección y la belleza de la madera sin tratar. Un conjunto de banco y mesa a juego, fabricados con tablones macizos de pino o abeto, se convierte en el protagonista absoluto.
La simplicidad es tu mejor aliada: deja que la veta y los nudos de la madera hablen por sí solos. Un respaldo inclinado en el banco añade comodidad sin necesidad de cojines.
Para no restarle importancia, combínalo con sillas de rejilla metálica negra, como el modelo Bertoia. Aportan ligereza y un contrapunto industrial muy interesante.
Una iluminación de riel en negro mate en el techo te permite dirigir la luz donde la necesites, manteniendo una estética limpia y funcional.
6. Un desayuno con vistas al jardín

Si tienes una ventana grande, ¡aprovéchala! Construye un banco de madera justo debajo para crear el rincón de desayuno más idílico que puedas imaginar.
Usa madera de pino para un look rústico y asequible. Un par de cojines de lino blanco o crudo son suficientes para aportar comodidad y un toque orgánico.
Convierte el espacio en un pequeño oasis interior. Cuelga una maceta de macramé del techo con una planta colgante y coloca una Ficus Lyrata a un lado. Las plantas y la madera siempre son una combinación ganadora.
7. Serenidad Japandi: el arte de la penumbra

Adopta la filosofía Japandi con un comedor que invita a la calma. Utiliza madera de nogal o roble teñida en un tono oscuro para el conjunto de banco y mesa, con líneas muy simples y robustas.
La iluminación es fundamental. Una lámpara de papel de arroz tipo Akari, suspendida sobre la mesa, difumina la luz creando una atmósfera íntima y acogedora. Es el corazón de este estilo.
Las paredes, con un acabado de estuco o microcemento en un tono tierra, aportan una textura sutil y envolvente. Completa el look con cerámica artesanal de color negro mate para la vajilla.
8. El rincón DIY con madera contrachapada

¿Presupuesto ajustado? ¡La madera contrachapada es tu nueva mejor amiga! Diseña un banco esquinero modular con este material. Es económico, resistente y tiene una estética nórdica muy auténtica.
Deja los cantos a la vista para mostrar las capas del material; es parte de su encanto. Diseña los asientos con tapas abatibles para crear un espacio de almacenamiento ultra práctico.
Una pequeña mesa cuadrada con base metálica blanca y un taburete sencillo son todo lo que necesitas. Añade un aplique de pared orientable para tener una luz de lectura o de ambiente.
9. Estilo ‘diner’ con un toque chic

Inspírate en los clásicos ‘diners’ americanos pero con un giro nórdico. Un banco esquinero con un tapizado capitoné en un tejido azul grisáceo es cómodo y súper estiloso.
La base del banco en madera de roble natural aporta la calidez escandinava, mientras que la pared de azulejos blancos tipo metro le da ese aire retro y limpio.
Dos lámparas colgantes con pantalla de latón dorado sobre la mesa añaden un toque de glamour vintage y definen el espacio. Es una combinación inesperada que funciona a la perfección.
10. Encanto ‘farmhouse’ con alma industrial

Consigue un look ‘farmhouse’ moderno construyendo un banco de obra con cajones inferiores, pintado en un gris pálido o blanco. Los tiradores de concha en negro mate le darán el toque final.
Cúbrelo con un colchón a medida y una montaña de cojines en tonos neutros (lino, gris, rayas) para una comodidad máxima. ¡Invita a largas sobremesas!
El contraste llega con la mesa de madera robusta y, sobre todo, con la lámpara: una pieza industrial con poleas y cadenas que se convierte en el centro de todas las miradas.
11. Dulzura pastel: un rincón que enamora

¿Quién dijo que el estilo nórdico es solo blanco y madera? Pinta la pared de tu rincón comedor en un rosa empolvado para crear un fondo dulce y luminoso.
Un banco sencillo de madera clara con un cojín gris neutro sirve de base para un juego de cojines en tonos pastel: rosa, menta, azul cielo. La clave es mezclarlos sin miedo.
Una mesa redonda blanca fomenta la conversación y suaviza las líneas. La lámpara de cúpula blanca con interior dorado refleja una luz cálida y acogedora, ideal para cenas íntimas.
12. Dramático y masculino: el club de caballeros moderno

Crea un ambiente íntimo y sofisticado con paredes en azul noche o un tono oscuro y profundo. Este color audaz hace que los demás elementos resalten.
El protagonista es un banco esquinero tapizado en cuero sintético color coñac. Este material no solo es elegante, sino que envejece maravillosamente, ganando carácter con el tiempo.
Combínalo con una mesa con sobre de mármol negro para un extra de lujo. La lámpara Sputnik de latón y globos de cristal ahumado pone el broche de oro a este look dramático y envolvente.
13. El banco flotante que desafía la gravedad

Para comedores pequeños o de estilo ultra minimalista, un banco flotante es la opción ideal. Al anclarlo a la pared y no tener patas, crea una sensación de ligereza y amplitud visual increíble.
Diseña un módulo largo y bajo con cajones sin tiradores (con sistema push-to-open) para un acabado limpio. Sirve tanto de asiento como de aparador bajo.
Combínalo con una mesa de madera a juego y sillas transparentes de policarbonato, como el modelo Ghost. Prácticamente desaparecen, cediendo todo el protagonismo al banco y al arte de la pared.
14. Brisa marina en la ciudad

¿Echas de menos la playa? Trae la calma del mar a tu comedor con un banco de obra blanco con paneles de listones verticales, evocando las casetas de playa.
Viste el banco con colchonetas y cojines en tonos verde agua y arena. Las telas naturales como el lino y el algodón son imprescindibles para este look.
Maximiza la luz con cortinas de lino vaporoso en blanco que dejen pasar la claridad. Una mesa redonda con pedestal blanco y algunos detalles decorativos con conchas o madera de deriva completarán tu escapada costera.
15. Boho-Scandi: el equilibrio perfecto

Fusiona la funcionalidad nórdica con el espíritu libre bohemio. La base es un banco robusto de madera de teca o mango, con un gran espacio de almacenamiento inferior.
Ahora viene la parte divertida: ¡las texturas! No te cortes y mezcla cojines de macramé con borlas, almohadones con patrones geométricos y alguno de terciopelo.
Cuelga una gran lámpara de ratán o mimbre sobre la mesa. A sus pies, una alfombra de yute y un puf del mismo material añaden calidez y delimitan el espacio. ¡Un look relajado y lleno de personalidad!
16. El comedor-biblioteca para amantes de los libros

Si tu casa está llena de libros, integra tu comedor en la biblioteca (o viceversa). Diseña un banco empotrado como parte de una estantería que cubra toda la pared.
Pinta o elige la madera en un tono medio-oscuro para crear un ambiente acogedor e intelectual, como un antiguo club de lectura. Un tapizado gris para el banco y las sillas aporta confort.
Una lámpara de brazo articulado anclada a la estantería proporciona una luz focal perfecta tanto para cenar como para sumergirse en una buena lectura. Es el rincón de lectura y comedor definitivo.
17. Refugio ‘hygge’ para los días de invierno

Crea el rincón más acogedor del mundo para refugiarte del frío. Forra las paredes con listones de pino natural para una sensación de cabaña de montaña.
Sobre un sencillo banco de madera, despliega un arsenal de texturas cálidas: mantas de piel de oveja (sintética, por supuesto), cojines de punto grueso y almohadones de lana.
La iluminación es clave para el ‘hygge’. Olvida la luz de techo y apuesta por la luz de las velas. Un candelabro de hierro negro en la mesa crea una atmósfera mágica. Unas velas caseras añadirán un toque personal.
18. Estilo industrial con ladrillo a la vista

Si tienes la suerte de tener una pared de ladrillo visto, ¡haz que brille! Conviértela en el telón de fondo de tu comedor.
Construye un banco con madera recuperada o de aspecto envejecido. Unos simples cojines grises serán suficientes para dar comodidad sin robarle protagonismo al ladrillo.
La mesa es la pieza estrella: un sobre de madera maciza con una imponente base de hierro fundido. Combínala con sillas metálicas tipo Tolix para redondear el look industrial.
La iluminación, con varias bombillas Edison colgando de cables negros, remata este ambiente urbano y con carácter.
19. El arte de la galería sobre el banco

Utiliza el banco como ancla para una pared de galería espectacular. Un banco de madera con un cojín tapizado en gris neutro crea la base perfecta para que el arte sea el protagonista.
Instala una balda estrecha justo encima del respaldo. Te permitirá apoyar y combinar marcos de diferentes tamaños y estilos sin tener que hacer mil agujeros en la pared. ¡Cámbialos cuando te apetezca!
Mezcla ilustraciones, fotografías en blanco y negro, y láminas botánicas. El truco es mantener una paleta de colores coherente para que el conjunto se vea armonioso y no caótico.
20. Lujo silencioso: nogal, mármol y cristal

Para un look de alta gama, apuesta por materiales nobles. Reviste la pared y crea el banco con paneles de madera de nogal, cuya veta oscura y rica es pura elegancia.
El banco, con un tapizado capitoné en terciopelo gris, invita al confort. El respaldo bajo y continuo se integra perfectamente en el panelado de la pared.
La mesa combina un sobre de mármol blanco con una base escultural de metal dorado. Sobre ella, una lámpara de araña rectangular con cascadas de cristal añade un brillo espectacular sin ser ostentosa.
Es una lección de minimalismo lujoso y sofisticación atemporal.