21 Patios vintage con muebles restaurados y faroles a vela

Patios vintage con muebles restaurados y faroles a vela, iluminando espacios exteriores con un encanto único.

¡Hola, alma creativa! ¿Sientes esa llamada? Es tu patio, tu terraza o ese balconcito pidiéndote a gritos un poco de magia. Y la magia, amiga mía, no se compra en una tienda de muebles nuevos, ¡se encuentra!

Vamos a desempolvar esa silla que arrinconaste, a darle una nueva vida a esa mesa olvidada y a encender la noche con la luz más cálida y nostálgica que existe: la de las velas en un farol.

Prepárate para descubrir cómo el encanto de lo ‘vintage’ no es algo del pasado, sino la chispa que tu espacio exterior necesita AHORA. Te prometo ideas sencillas, trucos que funcionan y un resultado que te hará sonreír cada vez que pongas un pie fuera. ¡Manos a la obra y a encender las velas!

1. Cenas bajo una lluvia de estrellas… de velas

Patio rústico con mesa blanca, sillas de metal y faroles de vela colgando de una pérgola de madera.
Tu pérgola no es un techo, ¡es un candelabro gigante!

Crea un techo de luz cálida colgando faroles de una pérgola de madera. ¡El secreto es la variedad!

Usa cadenas de metal de diferentes longitudes para que los faroles floten a distintas alturas. Esto añade profundidad y un aire mucho más orgánico y soñador.

Para un resultado duradero, opta por velas LED a pilas con temporizador. Se encenderán solas cada noche, creando un ambiente mágico sin que muevas un dedo. Si prefieres la llama real, usa velas gruesas y estables dentro de los faroles para mayor seguridad.

Combina este cielo luminoso con sillas de bistró de metal que hayas rescatado. Una mano de pintura en tonos pastel las devolverá a la vida y romperá la monotonía.

2. El encanto toscano: terracota, olivos y luz tenue

Patio de estilo toscano con una larga mesa de madera, rodeada de olivos en macetas y faroles.
Cierra los ojos, huele el romero y ¡listo, estás en Italia!

Transforma un patio amplio en una villa italiana con unos pocos elementos clave. El truco está en la escala y la calidez.

Enmarca el espacio con macetones gigantes de terracota. ¡Cuanto más grandes, mejor! Plántales olivos o limoneros para un aroma y una estética mediterránea inconfundibles.

La mesa es la protagonista: busca una de madera rústica, larga y robusta. No necesita mantel, su belleza natural es suficiente.

En lugar de una iluminación cenital, crea un camino de luz. Coloca faroles de suelo con velas gruesas a lo largo del perímetro del patio. El brillo a baja altura es íntimo, acogedor y resalta la textura del suelo de baldosas.

3. El árbol de los deseos (luminosos)

Rincón de patio vintage con un sofá antiguo y docenas de faroles de frasco colgando de un árbol.
Convierte un simple árbol en el corazón luminoso de tu jardín.

¿Tienes un árbol con ramas fuertes? ¡Acabas de encontrar tu nueva lámpara de exterior!

Este proyecto es un DIY maravilloso. Reúne frascos de cristal de diferentes tamaños, alambre de manualidades (uno que sea fuerte pero maleable) y velitas de té.

Crea un asa para cada frasco enrollando el alambre firmemente alrededor de la boca del tarro y formando un gancho. ¡Asegúrate de que quede bien sujeto!

Cuelga decenas de ellos a diferentes alturas para un efecto de luciérnagas flotantes. Si quieres cero mantenimiento, prueba con frascos con luces solares; se cargarán de día y te regalarán su magia por la noche.

El sofá con tapizado floral es la guinda del pastel. Busca uno de segunda mano y retapízalo con una tela resistente para exteriores.

4. Un rincón bohemio digno de un cuento marroquí

Terraza bohemia con alfombras persas, cojines en el suelo, silla de pavo real y faroles marroquíes.
Tu terraza, tu propio riad para las noches de verano.

Aquí la clave es «más es más». Olvídate del minimalismo y abraza las texturas, los colores y los patrones.

Cubre el suelo con varias alfombras de exterior superpuestas. Mezcla estilos y colores sin miedo para un look vibrante y acogedor.

En lugar de sillas, usa cojines de suelo de diferentes tamaños y estampados étnicos. Son cómodos, informales e invitan a relajarse.

Los faroles marroquíes de metal calado son imprescindibles. Cuelga una guirnalda de ellos y distribuye otros por la mesa y el suelo. La luz que proyectan a través de los recortes crea patrones hipnóticos en las paredes y el suelo. ¡Pura magia!

5. Luz de granja: el DIY más inesperado y rústico

Patio rústico al atardecer con lámparas hechas de cubos de zinc colgando de una pérgola.
Quien diría que los utensilios de la abuela iluminarían tan bien.

Dale una segunda vida a objetos de granja. ¿Viejos cubos de leche o regaderas de zinc? ¡Son tus nuevas lámparas!

Este proyecto es pura creatividad. Solo necesitas encontrar piezas metálicas con historia en un mercadillo o tienda de antigüedades.

Con un taladro, haz un agujero en la base para pasar un cable con un portalámparas. Usa bombillas de filamento LED de luz cálida para un brillo suave y nostálgico que no deslumbre.

Cuelga estas lámparas caseras de una pérgola de madera envejecida para completar el look de campo con encanto. El contraste del metal galvanizado con la madera y el verde de las parras es espectacular.

6. Noches andaluzas con buganvillas y hierro forjado

Patio de estilo español con mesa de hierro forjado, buganvillas y faroles de vela.
Un trocito del sur en casa, ¡olé!

Este patio evoca el sur con tres elementos infalibles: paredes encaladas, hierro oscuro y el color vibrante de las flores.

Si tienes una pared lisa, píntala en un tono terracota o crema para que sirva de lienzo. El calor que irradia al atardecer es una maravilla.

Elige muebles de hierro forjado. Son resistentes, atemporales y su silueta oscura contrasta de maravilla con la pared. Busca sillas con detalles curvados y una mesa robusta.

Deja que una buganvilla trepe por la pared. Su fucsia intenso es el toque de color que lo une todo. Riégala con moderación para que florezca con más fuerza.

La iluminación: faroles de pared de estilo clásico y otros más grandes en el suelo para delimitar el espacio.

7. El rincón secreto para un té (o un vino)

Pequeña mesa de bistró verde menta con dos sillas en medio de un jardín florido y un farol.
Tu escondite perfecto para dos está entre las flores.

No necesitas un gran jardín para tener un espacio con alma. Un pequeño claro entre las flores es suficiente para montar tu propio café al aire libre.

Consigue un juego de bistró de metal. Si encuentras uno antiguo, ¡mejor! Una capa de pintura en un color inesperado como el verde menta le dará un aire fresco y personal.

Rodéalo de flores silvestres y plantas aromáticas. La idea es que te sientas abrazada por la naturaleza.

Un único farol grande sobre la mesa es el punto focal perfecto. Elige uno con cristales transparentes y una vela gruesa. Es simple, elegante y suficiente para iluminar una conversación.

8. Refugio urbano con alma industrial y corazón cálido

Patio cubierto de estilo industrial con mesa de madera, sillas metálicas y muchos faroles y luces.
Tu club privado al aire libre, ¡abierto todas las noches!

¿Un patio cubierto y algo oscuro? ¡Conviértelo en tu ventaja! Juega con el concepto de «interior al aire libre».

Forra las paredes con listones de madera oscura para una sensación de cabaña moderna. Esto crea un fondo uniforme y muy acogedor.

El mobiliario, de inspiración industrial: una mesa con sobre de madera recuperada y patas de metal, y sillas metálicas tipo Tolix. Son duraderas y con mucho carácter.

El truco mágico es la luz. Combina una guirnalda de bombillas tipo verbena con faroles negros de diferentes tamaños repartidos por el suelo y las estanterías. Esta mezcla de luces crea un ambiente increíblemente íntimo.

9. Brisa marina en el porche: blanco, azul y madera lavada

Porche de estilo náutico con muebles de mimbre blanco, cojines de rayas azules y faroles de madera.
Solo falta el sonido de las gaviotas.

Consigue un look costero atemporal que invita a la calma. La paleta de colores es tu mejor aliada: blanco, azul marino y el tono natural de la madera.

Apuesta por muebles de mimbre blanco. Son ligeros visualmente y muy resistentes. Vístelos con cojines de rayas marineras para el toque náutico definitivo.

¡El centro de atención es un viejo baúl de madera! Funciona como mesa de centro, aporta un toque de historia y te da espacio de almacenaje extra para mantas o cojines.

Los faroles, de metal galvanizado o madera blanqueada, completan el ambiente playero. Colócalos en el suelo y sobre la mesa para una luz suave que acompañe el sonido de las olas (o de tu imaginación).

10. El banco solitario bajo un manto de hiedra

Patio secreto con un banco de hierro verde oscuro bajo un árbol y faroles colgando de las ramas.
El lugar perfecto para escuchar tus propios pensamientos.

A veces, el mayor lujo es un rincón de paz para uno mismo. Busca ese lugar olvidado de tu jardín y transfórmalo en un santuario.

Una pared de ladrillo cubierta de hiedra es el telón de fondo perfecto. Si no la tienes, ¡puedes crearla! Instala una celosía y guía una planta trepadora.

Un simple banco de hierro forjado es todo el mobiliario que necesitas. Píntalo de un verde oscuro para que se funda con el entorno. Con el tiempo, adquirirá una pátina preciosa.

Cuelga unos pocos faroles de las ramas más bajas de un árbol cercano. Su luz parpadeante convertirá este simple banco en un lugar de cuento para leer o simplemente estar.

11. Atardecer en las Cícladas sin salir de casa

Terraza de estilo griego con paredes blancas, cojines azules y faroles de bambú iluminando la noche.
Aquí, cada atardecer parece una postal.

El estilo griego es pura simpleza y contraste. Se basa en la arquitectura, el azul intenso y la luz dorada.

Si puedes, pinta las paredes de un blanco impoluto. No solo refleja la luz de una forma espectacular, sino que crea una sensación de frescura y amplitud.

Crea asientos de obra y cúbrelos con colchonetas en azul cobalto. Es una solución duradera, cómoda y totalmente integrada en el espacio.

Los faroles de bambú o ratán aportan la textura orgánica y cálida que equilibra la frialdad del blanco. Su luz tejida es suave y relajante. ¡Y no te olvides de los naranjos en macetas de barro!

12. El balcón donde lo moderno y lo clásico bailan

Balcón elegante con suelo de damero, una silla de diseño y faroles de latón dorado.
Un suelo con carácter necesita luces con historia.

¿Quién dijo que no se pueden mezclar estilos? Un suelo atrevido puede ser el punto de partida para una decoración con muchísima personalidad.

Un suelo de baldosas con un patrón geométrico en blanco y negro es una declaración de intenciones. Es moderno, gráfico y sorprendentemente versátil.

Para no competir con el suelo, elige muebles con carácter pero de líneas sencillas, como esta silla de estilo mid-century con un tapizado llamativo.

La iluminación es el puente entre épocas. Faroles de latón de diseño clásico, colgados a diferentes alturas y apoyados en el suelo, aportan un brillo dorado y una calidez que contrasta y a la vez complementa la modernidad del suelo.

13. Jardín inglés con un toque de grava y orden

Patio con suelo de grava, setos recortados, muebles de jardín grises y farolas clásicas.
Orden, simetría y el crujido de la grava bajo tus pies.

Este patio demuestra que la elegancia reside en la simplicidad y en la buena estructura. Es un look pulcro y de bajo mantenimiento.

Sustituye el césped por una superficie de grava fina. Drena de maravilla, es fácil de mantener y el sonido al caminar sobre ella es de lo más relajante.

Delimita el espacio con setos bajos y bien recortados. Esto crea una sensación de orden y enmarca la zona de comedor como si fuera una habitación al aire libre.

Combina la iluminación fija, como farolas de poste de estilo clásico, con faroles de suelo portátiles. Así tienes una luz ambiental general y puedes añadir puntos de luz íntima donde los necesites.

14. El callejón de los tesoros encontrados

Patio estrecho y ecléctico con mesa hecha de una puerta, sillas de colores y muchas plantas.
Tu caos creativo perfectamente organizado.

Un espacio estrecho y alargado es un desafío, ¡y una oportunidad para ser increíblemente creativo!

Aprovecha la verticalidad. Instala estanterías en las paredes de ladrillo para colocar macetas, herramientas y pequeños faroles. Una escalera de madera vieja apoyada en la pared es perfecta para colgar plantas.

La mesa es un proyecto DIY genial: ¡es una puerta antigua sobre dos caballetes! Es una superficie amplia y llena de historia.

Las sillas, todas diferentes. Pide a tus amigos las que no quieran, búscalas en mercadillos y píntalas de colores vivos y alegres. ¡La descoordinación es el nuevo orden!

Una guirnalda de luces de punta a punta del patio proporciona la iluminación principal, creando un techo estrellado.

15. Magia bajo las ramas de un sauce llorón

Escena nocturna bajo un sauce llorón iluminado con faroles colgantes y un banco de madera con cojines.
El mejor techo del mundo son las hojas de un árbol.

Un sauce llorón es un elemento mágico por sí solo. Sus ramas colgantes crean una cortina natural, un refugio perfecto para una noche especial.

No necesitas construir una estructura; el propio árbol es la pérgola. Usa sus ramas flexibles para colgar una colección de faroles de distintos estilos y metales.

Elige un banco de madera sencillo que no le reste protagonismo al árbol. Vístelo con cojines cómodos, jugando con un color de acento fuerte, como el rojo, para que destaque en la penumbra.

Agrupa más faroles en el suelo, a los pies del banco. Esta doble capa de luz, desde arriba y desde abajo, crea una burbuja de calidez absolutamente envolvente.

16. El invernadero: tu jardín dentro del jardín

Patio de ladrillo con un invernadero de cristal, un banco de hierro y frondosas plantas en macetas.
Donde tus plantas duermen y tú te sientas a soñar.

Si eres una amante de las plantas, un invernadero es el sueño definitivo. Pero no tiene por qué ser solo un espacio de trabajo, ¡intégralo en tu zona de relax!

Coloca un banco de hierro justo al lado del invernadero. Elige uno con cojines de estampado botánico para hacer un guiño al interior. Es el lugar perfecto para admirar tu trabajo.

La transición entre el patio y el invernadero debe ser fluida. Usa el mismo tipo de suelo de piedra y rodea la entrada con macetas de terracota llenas de helechos y otras plantas frondosas.

Los apliques de pared de estilo farol clásico, instalados en la pared de ladrillo, iluminan el camino y conectan visualmente la casa con tu santuario verde.

17. Proyecciones de luz en un patio del desierto

Patio de estilo desértico con un banco de madera, cactus y faroles marroquíes que proyectan luz.
Pinta tus paredes con luz y sombra.

Inspírate en la estética del suroeste americano y marroquí para un patio que cobra vida al anochecer.

Una pared de estuco en tonos tierra es el lienzo ideal. Durante el día, aporta calidez; por la noche, se convierte en una pantalla para el juego de luces.

El sofá es un DIY fantástico: un banco bajo hecho con palets o madera recuperada, cubierto con una colchoneta gruesa y cojines de patrones geométricos.

El espectáculo lo dan los faroles de metal perforado. Al colgar varios, la luz de las velas se escapa por los agujeros y proyecta patrones estelares en la pared. El efecto es dinámico, cambiante y absolutamente hipnótico.

No te olvides de los cactus y suculentas en macetas de barro para completar el look desértico.

18. Una fogata sin fuego en el corazón del bosque

Terraza de madera en el bosque con sillas Adirondack verdes alrededor de un grupo de faroles encendidos.
El calor de una hoguera, la tranquilidad de las velas.

Crea un punto de encuentro en tu terraza de madera sin necesidad de una hoguera. ¡La clave está en agrupar la luz!

Coloca varias sillas Adirondack formando un círculo. Son cómodas, resistentes y su diseño rústico es perfecto para un entorno natural.

En el centro, en lugar de un brasero, junta un grupo de faroles de madera y cristal de diferentes tamaños. Coloca velas gruesas dentro y enciéndelas todas.

El efecto es el de una fogata contenida: toda la calidez y el punto de reunión, pero de forma más segura y controlada. Es el lugar perfecto para contar historias bajo las estrellas.

19. El taller del jardinero a la luz de las velas

Rincón de jardinería rústico con mesas de madera, macetas de terracota y faroles iluminando la escena.
Hasta tu desorden de jardinera merece una buena iluminación.

Tu zona de trabajo en el jardín no tiene por qué ser puramente funcional. ¡Dale un toque de encanto rústico para disfrutarla incluso cuando no estés trasplantando!

Utiliza mesas de trabajo de madera envejecida, sin miedo a que se manchen de tierra. Las imperfecciones son parte de su belleza.

Organiza tus macetas de terracota a la vista. Apílalas, colócalas en estanterías… Su color y textura son increíblemente decorativos.

Cuando cae la tarde, enciende algunos faroles y velas repartidos por las mesas. La luz suave resalta las herramientas, las plantas y convierte tu taller en un bodegón con un encanto único y personal.

20. Ambiente de plaza europea en tu propio patio

Patio adoquinado lleno de gente en mesas de bistró, iluminado por una gran farola-candelabro.
La mejor terraza de la ciudad está en tu casa.

¿Echas de menos las noches de verano en una terraza de París o Roma? ¡Recrea esa atmósfera en casa!

El suelo es fundamental. Un adoquinado irregular es la base perfecta para este look. Si no lo tienes, puedes conseguir un efecto similar con baldosas que imiten la piedra.

Dispersa varios juegos de mesas y sillas de bistró sin un orden estricto. La idea es que parezca un lugar vivo, donde la gente va y viene.

La pieza central es una farola tipo candelabro. Es un elemento tan potente que transforma el espacio por completo. Si no puedes instalar una, busca una lámpara de pie para exterior con un diseño similar o agrupa muchas guirnaldas de luces cálidas entre los árboles para un efecto parecido.

21. El estudio del artista: donde el color y el caos son bellos

Patio bohemio y artístico con muebles pintados de colores, una mesa de mosaico y herramientas de pintura.
Un espacio donde cada mancha de pintura cuenta una historia.

¡Abraza tu lado más creativo y convierte tu patio en un taller al aire libre donde todo está permitido!

Rescata muebles viejos y dales una nueva vida. Un armario con pintura desconchada, sillas de metal pintadas en colores que chocan… aquí no hay reglas, solo expresión.

La mesa es una obra de arte en sí misma. ¿Qué tal un mosaico hecho con trozos de azulejos rotos? Es un proyecto divertido que dará una personalidad única a tu espacio.

Cuelga botellas de vidrio de colores del techo. Cuando la luz del sol las atraviese, crearán reflejos preciosos. Por la noche, la luz de las velas hará que brillen de una forma totalmente distinta. ¡Pura inspiración!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *