¡Hola! Prepárate para enamorarte de tu recibidor. Sí, ese espacio que a menudo olvidamos, el primero que te saluda y el último que te despide. Vamos a convertirlo en una declaración de intenciones, en una pequeña galería de tu personalidad.
Olvídate de soluciones aburridas y presupuestos imposibles. Aquí tienes 30 ideas brillantes y totalmente factibles, con ese toque hecho a mano que lo cambia todo. Son proyectos para disfrutar del proceso, para mancharte un poco las manos y para poder decir con orgullo: ‘Esto lo he hecho yo’.
Coge tus herramientas (o simplemente tu imaginación), porque tu entrada está a punto de convertirse en el rincón más especial y acogedor de toda la casa. ¿Empezamos a crear magia?
1. El perchero del viajero: pomos con personalidad

Encuentra una pieza de madera recuperada, como un trozo de deriva o una viga vieja, para que sea la base de tu perchero. ¡El encanto está en sus imperfecciones!
El truco estrella es cambiar los pomos. Busca piezas de cerámica pintadas a mano, pomos de mapas antiguos o incluso souvenirs de tus viajes. Cada gancho contará una historia.
Añade un banco de madera con cestas de mimbre debajo. Es la solución perfecta para guardar zapatos, bufandas o la correa del perro, manteniendo todo a mano pero fuera de la vista.
2. Boho a primera vista: el poder del macramé

Un gran tapiz de macramé es el punto focal instantáneo para una bienvenida bohemia. Puedes hacerlo tú misma con un tutorial de nudos básicos; es más fácil de lo que parece y súper relajante.
Combina texturas naturales: una consola de madera con vetas marcadas, cestas de yute o ratán para el suelo y macetas de terracota. La mezcla es lo que crea esa sensación de calidez.
Añade plantas de hoja verde como una sansevieria (lengua de suegra), que es escultural, resistente y purifica el aire. ¡Es el toque de vida que tu entrada necesita!
3. El rincón rústico que lo organiza todo

Crea tu propio mueble recibidor con tablones de pino. Para ese acabado envejecido, aplica una capa de pintura a la tiza (chalk paint) blanca y, una vez seca, lija suavemente los bordes y algunas zonas para revelar la madera.
Integra un pequeño panel de pizarra para dejar notas rápidas o mensajes de bienvenida. Solo necesitas un trozo de madera fina y pintura de pizarra. Es un detalle práctico que puedes inspirar en las paredes de pizarra.
Deja los compartimentos inferiores abiertos para botas y zapatos, y remata la parte superior e inferior con madera teñida en un tono más oscuro para un contraste rústico y elegante.
4. Geometría dorada: un mural en 60 minutos

Elige un color de pared audaz y profundo, como este verde azulado, para que el dorado resalte. ¡El drama está garantizado!
Usa cinta de pintor de buena calidad para diseñar un patrón geométrico abstracto. No pienses demasiado, ¡deja que las líneas fluyan! Presiona bien los bordes para un acabado limpio.
Para una solución rápida y sin manchas, utiliza cinta washi ancha en color dorado metalizado en lugar de pintura. Se pega fácilmente, se puede reposicionar y el resultado es espectacular. Una idea perfecta para entradas modernas.
5. Galería de tesoros: el arte de ser tú

Dale una segunda vida a una cómoda anticuada con una capa de pintura vibrante. El azul cerúleo o el coral son opciones atrevidas que transforman un mueble al instante.
Crea una galería artística bohemia con todo lo que te inspire: enmarca postales, dibujos de tus hijos, retales de tela o láminas botánicas. El secreto es mezclar marcos de diferentes estilos, tamaños y acabados (dorado, madera, negro…).
Empieza colgando el cuadro más grande a la altura de los ojos y construye la composición a su alrededor, dejando un espacio similar entre cada marco para que el conjunto se sienta equilibrado.
6. El tablero mágico: organización que se adapta a ti

Un tablero de clavijas (pegboard) es el camaleón de la organización. Cómpralo o hazlo tú misma perforando agujeros en una lámina de contrachapado a intervalos regulares.
Añade pequeños estantes de madera, ganchos y pinzas para personalizarlo según tus necesidades. Puedes colgar las llaves, el correo, una pequeña planta y hasta la bufanda.
Completa el rincón con un banco sencillo con patas de horquilla (hairpin legs). Solo tienes que atornillar las patas a una tabla de madera maciza para tener un asiento funcional y estiloso en minutos. Son como las estanterías modulares, ¡crecen contigo!
7. El juego de los reflejos: doble lámpara, doble impacto

La simetría es un truco infalible para lograr un look elegante y ordenado. Elige dos lámparas de mesa idénticas y colócalas a cada lado de una consola. El efecto es inmediato.
Busca un espejo con un marco con carácter en un mercadillo. Si no lo encuentras, compra uno sencillo y píntalo con spray dorado o aplícale pan de oro para un acabado lujoso.
Añade una vela aromática y un pequeño jarrón con una rama verde. Estos pequeños detalles hacen que los recibidores sofisticados se sientan cálidos y habitados.
8. Estilo industrial sin complicaciones: tuberías a la vista

Este proyecto de estilo industrial rústico DIY es como un mecano para adultos. Compra tuberías de cobre o acero galvanizado y los accesorios correspondientes (codos, tes, bridas) en una ferretería.
Limpia bien las tuberías con un limpiador de metales para que brillen y aplica un sellador transparente para evitar que se oxiden o manchen la pared.
Utiliza tablas de madera de pino o recuperada para las baldas. Lija y aplica un tinte oscuro para resaltar la veta y conseguir ese contraste perfecto entre el metal y la madera.
9. Herbario en la pared: flores que duran para siempre

Sal a pasear y recoge flores y hojas bonitas. Prénsalas durante un par de semanas entre las páginas de un libro pesado, usando papel de pergamino para protegerlo.
Elige marcos de madera sencillos y todos del mismo estilo para crear una composición cohesiva y elegante. El fondo puede ser un papel de color crema o lino para un toque natural.
Juega con la disposición en la pared antes de clavar. Colócalos en el suelo para visualizar el resultado y crear un conjunto armónico. Es el alma de las entradas románticas.
10. Arte mecánico: la belleza de los engranajes

Crea tu propia escultura steampunk buscando piezas en tiendas de segunda mano, mercadillos o incluso en tu propia caja de herramientas: engranajes, tuercas, cadenas de bici, piezas de reloj…
Pinta un tablero de madera o un lienzo de negro mate para que sea tu base. Empieza pegando las piezas más grandes con un adhesivo extrafuerte y luego rellena los huecos con las más pequeñas.
Para un acabado uniforme y metálico, rocía toda la pieza con pintura en spray de color plata, bronce o una mezcla de ambos. ¡El resultado es una obra de arte industrial única!
11. Tesoros del mar en una caja de sombra

Transforma tus recuerdos de la playa en una pieza decorativa. Necesitas una caja de sombra (un marco profundo con cristal), que puedes encontrar en tiendas de manualidades.
Pinta el fondo de la caja con un color que recuerde al mar, como un azul aguamarina o un verde menta suave. Esto hará que tus conchas resalten.
Organiza tu colección de conchas, cristales de mar y pequeños trozos de madera de deriva. Fíjalos con una pistola de pegamento caliente, usando solo una pequeña gota para que no se vea. ¡Listo para colgar!
12. El suelo que enamora y el espejo con alma

¡No cambies el suelo, píntalo! Utiliza plantillas para baldosas hidráulicas y pintura especial para suelos (chalk paint o esmalte) para un cambio radical con poco presupuesto.
Para el espejo, busca uno de segunda mano y dale un acabado envejecido. Aplica un spray efecto espejo y, mientras esté húmedo, rocía una mezcla de agua y vinagre para crear manchas. Pinta el marco con pan de plata y un poco de pátina oscura.
Son trucos perfectos para las ideas vintage para porches que también funcionan de maravilla en interiores.
13. La galería de los pequeños artistas

Convierte los dibujos de tus hijos en una exposición de arte digna de un museo. El secreto está en la coherencia: elige marcos idénticos y sencillos, como los de madera natural o blancos.
Usa un paspartú (el cartón blanco interior) para darle un acabado profesional. Hará que los colores de las obras de arte de tus pequeños vibren todavía más.
Planifica una cuadrícula simétrica en la pared. Esta organización formal contrasta de maravilla con la espontaneidad y la alegría de los dibujos. ¡Un proyecto lleno de amor!
14. Un jardín vertical para dar la bienvenida

Un jardín vertical es una bocanada de aire fresco para tu entrada. Compra un sistema de plantación de fieltro con bolsillos, que son ligeros y fáciles de colgar.
Enmárcalo con listones de madera para darle un aspecto más pulido y acabado, como si fuera un cuadro viviente. Puedes teñir o pintar la madera a tu gusto.
Elige plantas de interior fáciles de cuidar y que no necesiten luz directa, como helechos, potos, cintas o filodendros. Riega con cuidado para no empapar el fieltro. ¡Es como tener una mini jungla en casa! Inspírate en otras jardineras verticales.
15. El móvil que hipnotiza: arte en movimiento

Crea tu propio móvil de inspiración Mid-Century Modern con formas orgánicas. Dibuja y recorta piezas de madera de balsa o contrachapado fino. Lija bien los bordes.
Pinta o tiñe cada pieza en tonos madera, negro o algún color primario para ese look retro. Haz un pequeño agujero en cada una.
Usa hilo de pescar fino o alambre para conectar las piezas a varillas de madera o metal. El truco es ir equilibrando cada nivel a medida que lo construyes, ¡es un divertido juego de física y diseño!
16. Indigo profundo: el arte del Shibori en tus paredes

El Shibori es una técnica japonesa de teñido por reserva que crea patrones increíbles. Compra un kit de tinte índigo y unas telas de algodón blanco o lienzos sin tratar.
Experimenta con diferentes formas de doblar, atar y pinzar la tela antes de sumergirla en el tinte. Cada método (con gomas, pinzas de madera, cuerdas…) produce un diseño único y sorprendente.
Una vez que la tela esté seca y planchada, enmárcala o grápala sobre bastidores de madera para crear un conjunto de cuadros impactante y coordinado. ¡Arte textil hecho por ti!
17. El escritorio escondido: máxima función, mínimo espacio

Esta solución es perfecta para recibidores estrechos. Construye una caja de madera poco profunda y fíjate en la pared. La puerta frontal se convierte en la superficie de trabajo.
Utiliza bisagras resistentes para la puerta y un par de brazos de soporte plegables o una cadena para mantenerla horizontal y estable cuando esté abierta.
Dentro, añade pequeños ganchos para llaves, un soporte para cartas y un pequeño estante. ¡Es la estación de organización definitiva que desaparece cuando no la necesitas! Un primo hermano de los escritorios flotantes.
18. Espejo con nudos marineros

Compra un espejo redondo básico y sin marco. La magia de este DIY reside en la textura de la cuerda.
Necesitarás cuerda de yute o sisal de un buen grosor (al menos 2 cm de diámetro) y una pistola de pegamento caliente o un adhesivo de montaje fuerte.
Empieza pegando el extremo de la cuerda en la parte posterior del espejo y ve enrollándola cuidadosamente alrededor del borde, aplicando pegamento a medida que avanzas. Deja un trozo largo al final para crear el lazo para colgarlo.
19. Juego de sombras: luz industrial y paredes oscuras

Atrévete con una pared en un color profundo como el azul marino o el gris antracita. Lejos de hacer el espacio más pequeño, le dará profundidad y un aire muy sofisticado.
La clave está en la iluminación cálida. Cuelga dos lámparas de suspensión con bombillas de filamento tipo Edison a diferentes alturas para crear un efecto dinámico.
La consola de madera natural, con sus imperfecciones a la vista, aporta la calidez necesaria para equilibrar la oscuridad de las paredes y el toque frío del metal.
20. Bienvenida a Marrakech: calidez y exotismo

Consigue el look marroquí con paneles de madera tallada o celosías. Puedes encontrarlos en tiendas de decoración o buscar paneles decorativos cortados con láser para un efecto similar.
Colecciona cestas de fibra natural de diferentes tamaños y patrones. No solo son decorativas, sino que también sirven para guardar de todo, desde mantas hasta revistas.
El toque final es una alfombra kilim o bereber con motivos geométricos y colores vibrantes. Es la pieza que une todo el espacio y le da esa esencia de decoración boho-marroquí.
21. El rincón ‘Welcome Home’ más dulce

Pinta tu propio cartel de bienvenida sobre una tabla de madera recuperada. Utiliza plantillas de letras para un resultado pulcro o atrévete con la caligrafía a mano alzada para un toque más personal.
Rescata una mesita auxiliar antigua y píntala de blanco con un acabado ligeramente desgastado (decapado) para potenciar su encanto campestre.
Una jarra de loza esmaltada en blanco es el recipiente ideal para un ramo de flores silvestres. ¡No tienen que ser perfectas! Margaritas, lavanda y espigas le darán un aire fresco y natural.
22. Más es más: explosión de color y alegría

Forra una cómoda sencilla con papel pintado floral o de motivos llamativos usando la técnica del decoupage. Aplica una capa de cola Mod Podge, coloca el papel con cuidado y sella con otra capa por encima.
Crea una pared de galería, ¡pero solo con espejos! Busca marcos de segunda mano de diferentes formas y tamaños. Píntalos en una paleta de colores vibrante y cohesiva, como rosas, turquesas y verdes.
El truco para que el maximalismo funcione es tener un hilo conductor. En este caso, la paleta de colores alegres y los motivos florales unifican la cómoda, los espejos y la alfombra.
23. Calma Japandi: menos para sentir más

El estilo Japandi fusiona la simplicidad escandinava con la elegancia japonesa. La clave es usar pocos elementos, pero muy bien elegidos.
Un banco de madera oscura de líneas puras es la pieza central. Debe ser funcional y bello en su simplicidad. Combínalo con una pared en un tono neutro y cálido, como el greige o el arena.
Una lámpara de papel de arroz proporciona una luz suave y difusa que invita a la calma. El toque final es una única obra de arte, como un cuadro de caligrafía o una xilografía japonesa, para crear un punto focal sereno.
24. Poesía Shabby Chic en la entrada

Busca un banco de forja de jardín en un mercadillo. Límpialo bien y píntalo con chalk paint blanca. Lija algunas zonas para un efecto desgastado y romántico.
Un espejo de cuerpo entero apoyado en la pared no solo es práctico, sino que también agranda visualmente el espacio. Elige uno con un marco ornamentado y píntalo a juego con el banco.
Decora con ramos de flores secas como la paniculata, el eucalipto o las espigas de trigo en botellas de vidrio transparente. Es el toque final de esta inspiración vintage femenina.
25. Un divisor de cuerda que define sin encerrar

Esta es una forma espectacular de separar el recibidor en un espacio diáfano sin perder luz ni sensación de amplitud.
Fija dos listones de madera (uno en el techo y otro en el suelo o sobre un murete). Taladra agujeros a la misma distancia en ambos listones.
Corta tramos de cuerda de yute gruesa, todos de la misma longitud. Pasa cada tramo por los agujeros y haz un nudo grande en cada extremo para asegurarlos. ¡Una pared permeable y con una textura increíble!
26. Brillo Art Déco: el regreso de los años 20

Transforma un aparador simple en una pieza Art Déco. Píntalo de negro con un acabado lacado brillante. Luego, usa cinta adhesiva dorada o pintura metalizada para crear los arcos y las líneas geométricas tan características del estilo.
Un espejo sol o ‘sunburst’ es el complemento imprescindible. Puedes hacer uno tú misma pegando varillas de madera o metal pintadas de dorado alrededor de un espejo redondo.
El suelo damero en blanco y negro es el telón de fondo perfecto para este look. Si no quieres cambiar el suelo, puedes usar baldosas vinílicas adhesivas para un resultado rápido y reversible.
27. El festival de las texturas: teje tu bienvenida

Crea tu propio tapiz tejido o ‘weaving’ para la pared. Solo necesitas un bastidor simple (incluso un marco de fotos sirve), lana de diferentes grosores y colores, y ganas de experimentar.
La clave de este look es mezclar y superponer texturas. Combina el tapiz con cojines de crochet, de punto grueso o con borlas. No temas mezclar patrones y colores.
Un banco blanco y sencillo es la base perfecta para que todos los textiles sean los protagonistas. Añade una alfombra de fibras naturales para completar el festín textural y lograr un look bohemio y acogedor.
28. El refugio del lector: un rincón lleno de historias

Pinta tus estanterías y la pared del mismo color oscuro, como un gris marengo o un verde botella. Este truco crea un efecto envolvente, como si estuvieras en una biblioteca antigua.
Un escritorio de tipo secreter es la pieza perfecta para un recibidor ‘dark academia’. Sirve para dejar las llaves y el correo, y su aire vintage añade mucho carácter.
Llena las estanterías con libros de tapa dura (búscalos en tiendas de segunda mano), añade algunos objetos curiosos como una lupa, un sujetalibros de latón o un pequeño busto, y una luz cálida y tenue.
29. El módulo del orden: cada cosa en su lugar

Diseña un mueble a medida que aproveche cada centímetro. Puedes adaptarlo a partir de módulos de cocina o estanterías tipo cubo, uniéndolos y pintándolos del mismo color.
Asigna un espacio para cada cosa: cubículos inferiores para los zapatos de cada miembro de la familia (¡pon cestas para un look más ordenado!), un banco para sentarse, ganchos para las chaquetas de uso diario y armarios superiores para lo que no usas tan a menudo.
Pintar todo el conjunto de un color elegante y neutro, como este gris, hace que una solución de almacenaje muy funcional parezca una pieza de carpintería de lujo. Ideal para rincones bajo la escalera.
30. Oasis en el desierto: ladrillo, cactus y calidez

Esta consola es el DIY más fácil del mundo. Apila dos columnas de ladrillos caravista a la altura deseada. No necesitas cemento; el peso del tablero los mantendrá en su sitio.
Coloca encima una tabla de madera gruesa y rústica. Cuanto más imperfecta y con más veta, mejor. ¡El contraste entre la frialdad del ladrillo y la calidez de la madera es la clave!
Decora con una colección de cactus y suculentas en macetas de terracota de diferentes tamaños. Completa el look con un tapiz de pared con motivos del desierto y una alfombra étnica. Una idea genial para decorar con cactus.







