¡Hola! ¿Lista para convertir ese rincón soso de tu terraza o jardín en el lugar más codiciado de toda la casa? Olvídate de grandes obras y presupuestos de infarto. Hoy vamos a jugar con el secreto mejor guardado para crear un oasis de relax: una cama de día con cortinas vaporosas.
Te voy a enseñar cómo puedes montar tu propia zona chill-out, ese refugio perfecto para una siesta, un buen libro o una copa de vino bajo las estrellas. No importa si tienes un balcón diminuto o un jardín enorme, hay una idea perfecta esperándote.
Prepárate para descubrir trucos con telas, ideas para estructuras que puedes hacer tú misma y combinaciones de colores que te transportarán a Bali, Santorini o un bosque encantado sin moverte de casa. ¡Vamos a crear magia!
1. Atardecer en Santorini, pero en tu terraza

¿Sueñas con una escapada griega? ¡Tráela a casa! Construye una estructura sencilla con listones de madera de pino y píntala de blanco cal para ese look encalado tan característico.
Para las cortinas, elige muselina de algodón blanca; es económica, vaporosa y se mueve con la más mínima brisa. Sujétalas con simples lazos de la misma tela.
El toque mágico lo ponen los farolillos solares de estilo marroquí. Espárcelos por el suelo para crear un camino de luz cálida cuando el sol se ponga. Un par de cojines en azul cobalto y ¡listo!
2. Tu propio refugio en la jungla urbana

Si tu jardín es un oasis de verde, integra tu cama balinesa en él. Usa cañas de bambú gruesas para la estructura; son resistentes y aportan un toque exótico instantáneo.
Las cortinas son las protagonistas. Busca una tela de exterior con un estampado botánico atrevido. ¿Un truco DIY? Compra tela de loneta lisa y usa plantillas de hojas de monstera con pintura textil para crear tu propio diseño.
Completa el ambiente con unas lámparas colgantes de ratán o mimbre (con bombillas solares, claro) para una iluminación selvática y acogedora.
3. Minimalismo con vistas al skyline

Para una terraza moderna, menos es más. Crea un cubo perfecto con perfiles de acero o aluminio pintados en negro mate. El resultado es limpio, gráfico y súper elegante.
Elige una colchoneta de espuma de alta densidad forrada con una tela náutica en color gris marengo, resistente al sol y al agua. Las cortinas, de un tejido técnico semitransparente, aportan privacidad sin bloquear las vistas.
Un detalle que lo cambia todo: instala una tira de luz LED cálida empotrada en el suelo alrededor de la base para que parezca que la cama flota por la noche.
4. Vibras boho y noches estrelladas

Este look se consigue con materiales naturales y sin tratar. Usa troncos de madera rústica para los postes y cañizo para el techo. ¡La imperfección es la clave!
Viste la cama con una explosión de texturas: una base de kilims, cojines de diferentes estampados y colores tierra, y una colcha de patchwork. Cuelga un tapiz de macramé hecho por ti en el centro.
Las cortinas de lino crudo, simplemente anudadas a los postes, y una guirnalda de luces de bombilla cálida completan este rincón de ensueño.
5. Despertar con la niebla sobre el lago

La clave aquí es la simplicidad que cede el protagonismo al paisaje. Una plataforma baja de madera, casi a ras de suelo, es todo lo que necesitas como base. Puedes hacerla con palets lijados y tratados para exterior.
Las cortinas de lino lavado en un tono natural (beige o blanco roto) aportan calidez y una caída preciosa. En lugar de una barra, cuélgalas de un simple cable de acero tensado.
Añade una manta de punto grueso XXL para acurrucarte en las mañanas frescas y un par de farolillos con velas LED. Es la definición de un rincón acogedor.
6. Un patio marroquí sin salir de casa

Transforma un patio interior en un riad de ensueño. Busca una estructura de cama de madera oscura, si es con detalles tallados, ¡mejor! Si no, puedes aplicar un tinte oscuro a una de pino.
La riqueza está en los textiles. Combina sin miedo cojines de terciopelo en tonos joya como fucsia, turquesa y morado. Coloca cojines de suelo a juego para crear una zona de tertulia.
Las cortinas de gasa blanca aportan ligereza y contraste. El toque final son los faroles de metal calado que proyectan sombras mágicas por la noche.
7. La brisa del mar en tu rincón personal

Para un look playero y desenfadado, utiliza postes de madera recuperada o bambú. No te preocupes si no son perfectos; las irregularidades le dan encanto.
Las cortinas son el alma de este refugio. Elige una tela de visillo muy ligera en color aguamarina, que recuerde a las aguas cristalinas. Anúdalas a los postes de forma casual para que el viento juegue con ellas.
Una colchoneta con funda de rayas marineras en azul y blanco es el clásico que nunca falla. ¡Solo falta el sombrero de paja y una buena lectura!
8. Un sofá-cama de cuento de hadas

Rescata ese viejo sofá-cama de forja del trastero o busca uno de segunda mano. Una capa de pintura en spray de color blanco roto o verde menta hará maravillas.
Cuelga unas cortinas de encaje o de tul para un efecto etéreo y romántico. Entrelaza una enredadera de flor, como una clemátide o un jazmín, por la estructura para que la naturaleza la abrace.
Cúbrelo de cojines con estampados florales de estilo ‘cottagecore’ y añade una guirnalda de luces cálidas para noches mágicas.
9. Minimalismo zen para una mente en calma

La serenidad de un jardín zen se basa en la simplicidad y los materiales nobles. Construye una tarima muy baja con vigas de madera maciza, dejando que se vea la veta y la textura.
Una colchoneta fina tipo futón, cubierta con una funda de lino natural, es suficiente. Olvídate de los cojines recargados; dos almohadones sencillos bastan.
En lugar de cuatro cortinas, utiliza una sola pieza grande de tela de lino pesado que puedas correr para crear una pared de tela, ofreciendo privacidad y un fondo sereno.
10. El club de playa privado está en tu piscina

Eleva el nivel de tu zona de piscina con una cama balinesa que invite al relax. Una estructura de madera de teca o tratada con un lasur oscuro resistirá la humedad y aportará un toque sofisticado.
Las cortinas de poliéster blanco son una opción práctica: secan rápido y se limpian fácilmente. Recógelas con abrazaderas de cuerda náutica para un toque chic.
Rompe la monotonía del blanco y madera con cojines en un color vibrante como el coral. Asegúrate de que las fundas sean desenfundables y lavables. ¡Imprescindible!
11. Siestas de verano en un porche ‘farmhouse’

¿Quién dice que no puedes sacar una cama al porche? Utiliza una estructura de cama normal, preferiblemente de madera y con patas torneadas para un aire campestre. ¡El truco es protegerla con un buen barniz de exterior!
Cuelga unas cortinas de loneta de algodón crudo de una barra de fontanería o un simple cable de acero. Son resistentes y aportan ese toque ‘farmhouse’ auténtico.
Una colcha de cuadros vichy en blanco y negro y una alfombra de yute completan este rincón perfecto para leer o dormir una siesta con la brisa de la tarde.
12. Noches de charla alrededor del fuego

Este es un proyecto DIY de nivel avanzado, ¡pero qué resultado! Construye una base circular de obra o madera alrededor de un brasero de gas o bioetanol para evitar humos y cenizas.
Encarga colchonetas a medida en forma de cuña con tela para exterior ignífuga. La seguridad es lo primero. Para las cortinas, instala un riel de cortina circular y cuelga visillos ligeros que aporten intimidad.
Añade iluminación perimetral en el suelo con focos LED de bajo consumo para un ambiente espectacular y seguro.
13. Explosión de color en tu balcón bohemio

Un balcón pequeño puede ser un gran refugio. Transforma un banco de madera pintándolo de un color atrevido como el azul klein. ¡No tengas miedo al color!
Las cortinas tie-dye son un proyecto DIY súper divertido. Coge unas cortinas de algodón blanco y tíñelas tú misma con tintes de varios colores para un efecto psicodélico y único.
Amontona cojines con fundas bordadas, de patchwork o con pompones. Cuelga macetas de macramé y farolillos de papel de colores. ¡Más es más!
14. Tu balcón con vistas al Egeo

Si tienes un balcón de obra, ¡aprovéchalo! Pinta toda la estructura de blanco para potenciar la luz y crear esa sensación de estar en las Cícladas. Encarga una colchoneta a medida en un azul intenso que contraste con el blanco.
Instala una pérgola sencilla de madera, también pintada de blanco, y cuelga de ella unas cortinas de algodón muy sencillas. Recógelas con un simple lazo a media altura para enmarcar las vistas.
El minimalismo es clave: una pequeña planta de olivo en una maceta de terracota blanca es todo el adorno que necesitas.
15. Donde el interior se encuentra con el exterior

Desdibuja los límites entre tu salón y el jardín colocando una cama de día justo al lado de una gran cristalera. Una estructura metálica fina y ligera es ideal para no obstaculizar la vista.
Elige cortinas de un tejido de gasa o lino muy fino y semitransparente, en un tono neutro como el gris perla. Al cerrarlas, crearás un filtro de luz precioso sin perder la conexión visual con el exterior.
Esta es una forma genial de ganar metros útiles visualmente, haciendo que tu jardín se sienta como una extensión de tu casa.
16. Una copa de vino con vistas a la Toscana

Recupera una cama de día de hierro forjado. No la restaures por completo; lija suavemente las partes oxidadas y aplica un barniz mate para protegerla, dejando que se vea su historia. Ese es su encanto.
Vístela con colchonetas gruesas en un tono verde oliva y cojines en color burdeos. Las cortinas, de un lino rústico en color crudo, deben colgar de forma natural.
Usa un viejo barril de vino como mesita auxiliar. Es el detalle perfecto para este ambiente de inspiración vintage y campestre.
17. Tu observatorio de estrellas privado

Para los amantes de la astronomía, una cama al aire libre es un sueño. Elige una estructura de madera oscura para que se integre en la noche.
Las cortinas son importantes: úsalas en un color oscuro (negro o azul marino) para bloquear la contaminación lumínica residual, pero de una tela fina para que no agobien.
El detalle definitivo es la iluminación. Instala luces LED de color rojo en el suelo. Este color es el que menos afecta a la adaptación de la vista a la oscuridad, ¡así no te perderás ni una estrella fugaz!
18. Un pabellón flotante de meditación

Si tienes la suerte de tener un estanque, este es tu proyecto. Construye una plataforma de madera sobre el agua y encima un pequeño pabellón de inspiración asiática.
La clave es la sensación de aislamiento y paz. Cuelga cortinas de algodón blanco en los cuatro lados para crear un capullo de tranquilidad y mantener a raya a los mosquitos.
Decóralo de forma mínima: una colchoneta, dos cojines redondos tipo zafú y nada más. Deja que el sonido del agua y el reflejo de los árboles en el estanque sereno hagan el resto.
19. Estilo industrial para tu azotea

¿Te atreves con un proyecto DIY con personalidad? Construye la estructura de tu cama balinesa con tuberías de fontanería de hierro galvanizado y sus correspondientes codos y uniones. Es más fácil de lo que parece y el resultado es espectacular.
Usa tela de lona gruesa en color gris oscuro para las cortinas y la colchoneta. Para colgarlas, usa anillas metálicas con pinzas, lo que refuerza el look industrial.
Añade una guirnalda de bombillas Edison enrollada en la estructura superior para una luz ambiental perfecta.
20. El rincón de siesta para toda la familia

Crea un refugio familiar con una cama de día extra ancha. Una estructura de madera robusta es la mejor opción para que aguante a grandes y pequeños.
Un toldo de tela a rayas en el techo protege del sol y aporta un aire de caseta de playa. Combínalo con cortinas a juego en los laterales, que podéis cerrar para crear una cabaña secreta.
Llena la cama de cojines gigantes y mullidos en tonos neutros. Asegúrate de que todas las telas sean de exterior, resistentes a las manchas y lavables a máquina.
21. Glamour de Hollywood en tu patio

Saca tu lado más sofisticado. Busca un sofá o diván de estilo rococó o Luis XV de segunda mano y píntalo en blanco o plata. ¡Será la pieza central!
El brillo es el protagonista. Cuelga cortinas hechas con tela de lentejuelas doradas. Reflejarán la luz del sol de una forma espectacular. Para un DIY más sutil, cose una tira de lentejuelas en el borde de unas cortinas lisas.
Completa el look con cojines de terciopelo rosa y pelo sintético, una alfombra de piel de oveja (sintética) y mesitas auxiliares de espejo. Un rincón glam en toda regla.
22. Tu propio ‘onsen’ para desconectar

Inspírate en la tranquilidad de los balnearios japoneses. Crea plataformas de descanso muy bajas con madera de cedro o pino tratada con un aceite natural que resalte la veta.
Utiliza cortinas de lino rústico o tela de arpillera fina colgadas de sencillas varas de bambú. La idea es crear paneles que puedas mover para jugar con la luz y la privacidad.
Los cojines con estampado ‘shibori’ (una técnica de teñido japonesa) en tonos índigo son el complemento perfecto para este ambiente de inspiración japonesa.
23. Calidez del suroeste en tu patio de adobe

Este estilo celebra la tierra y la artesanía. Construye una base de cama sencilla con vigas de madera sin pulir. Vístela con una colcha de estampado navajo y cojines de cuero o en tonos terracota.
Las cortinas deben ser de lona de algodón gruesa, en color hueso, para proteger del sol intenso. Sujétalas con cintas de cuero.
Los detalles lo son todo: una chimenea exterior de barro, cactus y suculentas en macetas de terracota y una alfombra de yute. ¡Un look que te transporta al desierto de Arizona!
24. Elegancia colonial en un porche con brisa

El estilo colonial evoca plantaciones tropicales y tardes lánguidas. Apuesta por una cama con dosel de madera oscura, como la caoba o el nogal. La rejilla en el cabecero y piecero es un detalle clásico y ligero.
Las cortinas son imprescindibles: de voile de algodón o lino blanco, muy ligeras y vaporosas, para que se hinchen con la brisa. Átalas a los postes con elegantes borlas de cuerda.
Combina con muebles auxiliares de maderas tropicales y textiles con estampados de hojas de palmera para completar el viaje en el tiempo.
25. Un refugio alpino para acurrucarse

Transforma tu balcón de montaña en el rincón más acogedor del mundo. Usa madera de pino sin tratar para la estructura, que con el tiempo adquirirá una bonita pátina grisácea.
Aquí, las capas son la clave. Cubre la base con mantas de lana, pieles de oveja sintéticas y cojines de tartán. ¡Cuanto más, mejor!
Las cortinas deben ser gruesas, de lana o fieltro, para aislar del frío. Un pequeño brasero de bioetanol de sobremesa aportará calor y una atmósfera mágica sin necesidad de chimenea.
26. ¡Ándale! Una explosión de color para tu patio

Llena tu espacio exterior de alegría al más puro estilo mexicano. Rescata un banco de madera tallada y píntalo de un color vibrante: turquesa, fucsia o amarillo mango.
Cuelga cortinas hechas con tela de ‘sarape’ de rayas multicolores. ¡Son pura energía! Añade cojines bordados con motivos florales y otomanes de colores intensos.
No te olvides de colgar guirnaldas de papel picado en el techo de la pérgola. Es un detalle económico, fácil de encontrar y que transforma el ambiente al instante.
27. Un oasis de serenidad en blanco puro

Para un look de resort de lujo, apuesta todo al blanco. Crea una estructura de obra o de madera pintada de blanco, que se funda con las paredes de la terraza.
El juego de texturas es fundamental en un espacio monocromático. Combina una colchoneta de lino blanco con almohadones de diferentes tamaños y fundas: de algodón, con punto de nido de abeja, con pequeños bordados…
Las cortinas deben ser de gasa de algodón, muy largas, para que floten y se muevan con el viento. Unas orquídeas blancas en maceteros blancos son el único toque de color necesario en este paraíso de paz total.